El siglo XX

   El 2 de junio de 1901 se dan nuevas constituciones, las cuales conservan el mismo espíritu que las anteriores, adaptadas a los nuevos tiempos en sus aspectos económicos y formales, por ello sólo nos remitimos a la transcripción de las mismas, sin detenernos en comentario alguno; pero todo parece indicar que se trata de una refundación, tras un período de decadencia, a juzgar por el preámbulo de las mismas:
   Reunida la Hermandad bajo la advocación del Santo Sacramento, presidida por nuestro dignísimo párroco don Federico Pérez Delgado, con el objeto de dar a conocer las constituciones de nuestros antepasados como fieles y cumplidores de ellos, esta Hermandad deseosa de seguir sus huellas pide al Santísimo Sacramento como representante de esta corporación, los ilumine y que por el camino de la verdad, observando las constituciones que por unanimidad han sido acordadas para el buen régimen de esta Asociación.
   La Hermandad colaboraba con la parroquia en determinados momentos, como sucede el 1 de junio de 1933 en que se recoge que en vista de la situación por que atraviesa la iglesia en estos últimos años, costear la lámpara del Santísimo Sacramento abonando tres arrobas y media de aceite todos los años y media más para cerillas, lo cual, como vimos, se contemplaba en las constituciones desde antiguo.
   En la sesión del 6 de abril de 1947 se daba cuenta de la pérdida del libro de actas y se detallan los acuerdos más importantes tomados en los últimos años:
   -Adquirir medallas que lleven grabada alguna alegoría eucarística, con cordón para llevar pendiente en todos los actos oficiales, excepto el decano, cuya medalla la costeará la Hermandad como detalle de cariño.
   -Amonestar a quienes faltaban a los actos oficiales de la Hermandad. Asimismo se refuerza la obligación de comulgar en la misa del Jueves Santo.
   -Posición de la Hermandad en la procesión del Jueves Santo a continuación de la de Nuestro Padre Jesús.
   -Celebrar la junta general ordinaria el domingo de Pascua de Resurrección, para conseguir una mayor asistencia de los cofrades.
   -Se recuerda que es acto reglamentario la asistencia el día de la Ascención a la misa de Hora, debiendo ocupar los hermanos los escaños previstos.
   -Se fijó en cincuenta el número de hermanos activos, sin contar las viudas ni hermanas pasivas.
   -El hermano de la llave podía permutar con el siguiente, sin derecho a nueva permuta.
   -Se nombraran dos celadores, encargados de citar a los hermanos para la asistencia a todos los actos oficiales de la Hermandad.
   En 1950 se hace lista de hermanos, con sesenta y tres. No se diferencia entre activo o pasivas, pero sí recogen las viudas.
   Si bien fue siempre el lugar de reunión la iglesia parroquial, en la sesión del 30 de marzo de 1975 se celebra en el Ayuntamiento.
   El tercer libro corresponde a la administración económica de la Hermandad, al que se le anteponen distintas  listas de hermanos de variada cronología por las mismas conocemos el número de miembros en gran parte de la centuria.
   Los gastos habituales de la Hermandad en este siglo fueron siempre muy parecidos: adquisición de cohetes y palmas para la procesión del Corpus, cera para el día de la Candelaria, agua de colonia, monumento, aderezos, palmas, derechos de parroquia, etc.
   Finalmente, diremos que existen unas constituciones sin fechar para esta Hermandad, en el libro de las constituciones de las Ánimas de 1906, que por su carácter caligráfico y modo de expresión pueden corresponder a mediados de la centuria, a la posguerra, años cuarenta. Pensamos que se trata de un nuevo ajuste de las de 1906, que pueden responder a un traslado de otras anteriores, pues se tacha cuando se alude al nombre de la parroquia.
   Vienen a ser una copia de las anteriores, aplicadas a esta Cofradía. Las constituciones aparecen en un momento de reformación de la Hermandad, tras un período de lo que se podría denominar acentuada decadencia, pues en una nota, a continuación de las mismas se advierte que se trata de un período de reconstrucción de la Hermandad, pues la devoción popular, a vista de la Semana Santa de 1944 era poco solemne y tan fría, sin un hombre que comulgara, según recoge la documentación, momento en el que se hacen algunas puntualizaciones formales.
   El 31 de mayo de 1945 la lista de hermanos arroja un total de treinta.